Al Vampire, ya lo contaba en su día, le di bastante a principios de siglo como una sana secuela del Magic. Su final vino como la sobredosis de una estrella del rock cuando sus siete mil expansiones dejaron de hacerme tilín. Es más, cuando finalmente me decidí a comprarme una caja de mazos con un colega y por fin tenia un montón de cartas (pero tampoco nada del otro jueves), me aburrí del juego.
Seguro que os suena. Me estoy refiriendo al anuncio de la 5ª edición de Magic, ese que mostraba la caja de un mazo como si fuese una consola portátil y decía: "No se incluyen las pilas. Nunca".
Siempre me gustó. Luego, en letra más pequeña te decía que Magic siempre había sido "el juego de bolsillo que pone a prueba tu inteligencia, no tus reflejos", en clara alusión a las videojuegos.
Lo que quizá no sepan muchos es que, en EEUU, este anuncio de la 5ª edición contaba con otra variante, algo que WOTC hizo en más de una ocasión. Aquí en España, con un mercado más pequeño, Martínez Roca no podía permitirse pagar dos páginas para el mismo producto, por lo que escogía uno de los dos.
