Tierras Natales fue la primera expansión de Magic que mis amigos y yo conocimos. En realidad, era la decimotercera que se creaba pero nosotros éramos jóvenes y vivíamos en una ciudad pequeña en una época sin internet: es normal que flipáramos en colores.
(este es el sitio donde vivíamos…)
(…y estos éramos nosotros)
Como consecuencia, nos compramos un montón de sobres y, como las cartas eran nuevas, las incluíamos todas en nuestros mazos. No sabíamos que estábamos ante una de las peores expansiones de todos los tiempos, pero incluso nosotros (no doy nombres porque la mayoría ahora tiene criaturas), que no aprendimos el concepto «optimizar un mazo» hasta muchos años después, intuíamos que la gran mayoría eran un full de Estambul.
(esta es, posiblemente, mi carta favorita de Tierras Natales: a día de hoy sigo defendiendo que no era taaaaaan mala…)
A grandes rasgos, Tierras Natales se caracterizaba por cartas caras (elevados costes para los efectos, a veces ridículos, que tenían) y mecánicas complejas («si la criatura blanca objetivo que bloquea tiene más de un encantamiento, pierde la habilidad de dañar primero excepto si el atacante es verde» y similares). También tenían las primeras Leyendas que vimos («¿¿Una leyenda?? ¡¡Dios mío, tiene que ser brutal!!«) y varias cartas que parecían continuaciones (a veces muy poco afortunadas) de otras más clásicas.
Vamos a las más floridas de ellas: