Barcelona, junio de 1997. Se celebra el Tercer Campeonato de España y los nervios están a flor de piel. Normal, los cuatro primeros clasificados irán a Seattle: al 4º Campeonato del Mundo de Magic...
Ricardo Guerra, un cordobés de 17 años es quien se alza con la victoria final. ¿Su mazo? Según Emili Villanueva (encargado de redactar la crónica del campeonato en la revista Urza), Ricardo llevaba una baraja monocolor negra "atípica", una baraja que "posteriormente fue objeto de algunos comentarios despectivos, posiblemente de los que no fueron capaces de ganarla" (Urza nº 14, octubre de 1997).
Es muy posible que los comentarios de los que la criticaron se debieran a que era una baraja original, como si solo se pudiese ganar un torneo importante con una baraja famosa creada por alguien de fuera de España.
En este artículo vamos a analizar esta peculiar baraja, y a comprobar cómo esta no ganó un Campeonato de España de suerte, sino que estaba todo en ella muy bien ideado y testado. Por supuesto, hemos contado con la ayuda del propio Ricardo Guerra, sin el cual esta entrada no se hubiese podido hacer.
Tener una baraja equilibrada