Los juegos de cartas tradicionales emplean la misma baraja de naipes pero se diferencian por el reglamento. Los juegos de cartas coleccionables le dan la vuelta al concepto y emplean mazos de cartas variables con el mismo reglamento.
Allá por los noventa, el Magic me flipaba más de lo que lo jugaba y acabé diseñando un juego entero empleando todas esas cartas que son guays pero que no tienen cabida en ningún mazo medio decente y un sistema de reglas más o menos chapucero. Lo rescaté no hace mucho de mi disco duro (junto con el Dungeon Poker) y aquí lo tenéis. A diferencia del otro juego, este no lo puedo comercializar sin meterme en berenjenales legales.
Como es largo, lo iremos haciendo por entregas.